Antes de viajar para Noruega nuestro querido couchsurfing Ole nos había recomendado que, para hacer completo nuestro viaje por tierras nórdicas, no podíamos perdernos la aventura de tomar un barco que recorría los fiordos y en el cual podíamos ver miles y miles de auroras boreales. Así que después de la gran experiencia vivida viendo auroras boreales en Melbu, nos decidimos a tomar el famoso Hurtigruten, considerado como el viaje por mar más bello del mundo.

El Hurtigruten fue ideado allá por 1893 para poder transportar a los locales de un lugar a otro ya que, como podrán ver en el mapa, Noruega es muy largo de norte a sur y para poder trasladarse era casi imposible hacerlo por tierra. Y, pese a que hoy se enfoca en los turistas, miles de locales lo toman a diario para cruzar de una isla a otra.

Nuestro puerto de partida sería Stokmarknes, justamente el lugar desde donde comenzó a circular esta compañía de barcos, y el más cercano a donde nos estuvimos hospedando. Los pasajes se pueden sacar por internet desde https://www.hurtigruten.com/find-a-cruise y, según el estilo de viaje que quieras hacer, tenés desde paquetes armados o simplemente la posibilidad de elegir de un destino a otro. Nosotros optamos por la segunda opción y, confiados en que el pasaje saldría lo mismo que lo que vimos por internet, fuimos directo a sacarlo en el barco. Grave error.

Al llegar al puerto nos informaron que el pasaje se podía sacar ya a bordo del Hurtigruten. Cuando nos subimos y pedimos los tickets, el precio era el doble de lo que habíamos visto. No sabemos si vimos mal o si nos vieron la cara pero teniendo en cuenta la honestidad noruega, vamos a creer que vimos mal el precio. Igualmente, considerando lo que pagamos por dos pasajes de autobús a la ida, el precio terminó siendo bastante parecido, pero con auroras boreales incluidas 🙂

Al no ser un viaje tan largo, optamos simplemente por pagar el viaje y no una habitación (hay de todos los estilos y, por lo que vimos, parecían muy cómodas). Dejamos nuestras mochilas en un lugar donde se puede dejar cualquier equipaje sin problema, y fuimos derecho a la cubierta para empezar a admirar el paisaje.

Era día de luna llena y, como oscurece muy temprano, ya se podía ver bien gigante detrás de las montañas mientras empezaba a caer la noche. Si bien hacía frío, no había viento aún por lo cual estar afuera era ideal.

Una cosa para contar es que no todos los barcos son iguales. Como el trayecto lo hacen todo el tiempo y es largo, son distintos los Hurtigruten (en cuanto a antigüedad y prestaciones) que te pueden tocar. Si tienen suerte, pueden llegar a viajar en uno que tiene jacuzzi!! En nuestro caso, nos tocó uno con sauna llamado MS Nordlys, que fue construido en 1994, y contaba con dos cafeterías y un restaurante, salas con sillones comodísimos y baños super limpios que tenían hasta duchas. Eso sí, el wifi era pago. Por otra parte, la calefacción dentro del barco hace que te olvides por completo del frío real que hay afuera, así que los friolentos no tienen nada de qué preocuparse.

Después de recorrerlo de punta a punta y ya con la embarcación en marcha, nos preparamos unos mates y nos fuimos afuera a disfrutar del paisaje. Ver cómo el barco pasa entre los fiordos con ninguna luz más que la del barco y la luna es algo increíble. Según nos han contado, de día se pueden ver delfines, ballenas y otros animales marítimos. Gran excusa para volver a hacerlo algún día.

Al ser un barco turístico (casi todos los turistas eran estadounidenses, canadienses o europeos), los tripulantes te invitan por altoparlante a vivir de manera única las auroras boreales recomendando salir a la cubierta para disfrutar del espectáculo que te da el cielo, mientras ellos apagan todas las luces permitiendo así que la contaminación lumínica sea mínima dejando ver aún más el fenómeno natural. Si bien recomendamos llevar una buena cámara para captar el momento, también les decimos por experiencia propia que no se maten buscando LA foto y disfruten ese instante. No se sabe cuánto puede durar una aurora por lo cual pueden perderse esa sensación de felicidad por estar tan concentrados en la foto perfecta.

La experiencia de ver una aurora boreal es algo difícil de explicar. Así lo intentamos describir la primera vez que las vimos: clic acá. Pero mucho más difícil es si encima estás en un barco, rodeado por mar y fiordos nevados. Por eso es que, si van a Noruega, de verdad que esta es una experiencia que no pueden perderse.

Cuánto nos costó: 1322 Coronas Noruegas (130 EUROS aprox.) por dos pasajes sin habitación. Cuanto antes lo saques, más barato es.

Cómo llegamos: desde Melbu (donde nos hospedamos) tomamos un bus que nos deja en la puerta del Hurtigruten.

Qué nos gustó: pasar por entre los fiordos a tan poca distancia y poder ver las auroras boreales con ese paisaje alrededor.

Qué no nos gustó: el viento!! Afuera cuando el barco está en movimiento el viento es terrible. Si sos muy friolento/a te recomendamos que te lleves una buena campera rompevientos.

El tip: si te toca viajar de madrugada, aguantar el sueño e irte cada tanto para afuera ya que, muchas veces, los mejores momentos para ver la aurora son cuando todos están durmiendo y estás en medio de la nada.

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