Ayer fuimos a hacer el Tour de Pablo Escobar. Acá siempre te ofrecen dos, el económico que dura unas 3 hs. y después hay uno que dura como 4 días y te llevan a recorrer de todo y hasta a hablar con el hermano. La paja de este asunto es que antes de llegar al hostel donde salía la combi, me entero que era en inglés. Hablo con la guía y me dice que no puede traducirme porque estaba todo muy cronometrado, pero por suerte, entre mi esfuerzo de concentración y ella que hablaba clarísimo pude entender casi todo.
El recorrido incluía edificios que habían sido de Pablo (Siempre pintados de blanco en honor a la coca), pasamos por un barrio muy pobre donde se está la mayor concentración de “paco” (tiene otro nombre) colombiano, tremendo y triste; la casa donde estuvo escondido y donde lo mataron; el cementerio donde están sus restos. Todo esto acompañado de bocha de información que te manijea para ver más documentales, películas y libros. Al final del tour nos quedamos hablando con la guía que en más de una oportunidad le tiraba palos a los europeos y yankees para que entiendan cómo se vive en América del sur, lo que es ser del tercer mundo. Ella me contaba que los colombianos están muy descreídos de la política, que cada vez que aparece un candidato realmente fuerte lo bajan; bardeó de punta a punta a Uribe; y comentaba que de Pablo Escobar todavía no se habla demasiado porque es muy reciente; nosotras aprovechamos y le contamos un poco de historia y política argentina.
El resto del día fue pura fiaca. Se fueron todos los argentos del hostel y ahora estamos solaris rodeados de yankees,