Me desperté 7 am con la luz del sol. No hay nada más lindo que la playa desierta a la mañana así que nos fuimos con Lu a disfrutarla. Estuvimos horas y horas en el agua haciendo  nada, siendo felices.

A la tarde en busca de sombra nos tiramos a leer y justo se acercó un flaco que duerme cerca nuestro y nos colgamos a hablar. El pibe es de Bajo Flores y hace un año y medio que está viajando con la novia haciendo artesanías. Dice que en Venezuela les fue muy bien y nos contó sobre otros lugares que visitó. Ahora bajó un poco la venta pero según explicaba, para el día día les alcanza y les sobra, más en un lugar así. La idea es que sigan para Panamá y después “se verá”. Apenas me vio el libro de los Zapp “Atrapa tu sueño” nos colgamos hablando sobre viajeros conocidos por el mundo y cuántos locos hay cumpliendo su sueño con su mochila a cuestas.

Mientras sacábamos fotos aparecieron dos nenitos de 5 y 8, dos colombianos morfables con los que terminamos jugando un montón. El chiquito era tremendo, y el grande lo vivía cagando a pedos. Eran hiper dulces, nos daban mil besos, se sacaban fotos con nosotras y el mayor nos contó que de grande quisiera ser chef. Juro que nada me hizo más feliz hoy que hacer reír a esos enanos.

baru2

Averiguando de curiosos hospedaje con Mati, nos encontramos a un argentino oriundo de Pehuajó que se vino a Colombia por “una paisa” hace 9 años y que nunca más se pudo ir. Ahora está laburando durante la temporada en un bar y después se vuelve a Medellín a seguir en lo que se dedica: pintura y tatuajes. Evidentemente encontró su lugar en el mundo y eso no es poca cosa.

baru8

A la noche preparamos unos ricos fideos con 2 latas de albóndigas y le dimos duro a la palangana comunitaria. De postre flores y no sé que hizo el resto pero yo a las 21 ya estaba durmiendo.

baru11

Deja una respuesta