Kuala Lumpur: Las Petronas y tecnología a precios rebajadísimos. Eso es todo lo que sabíamos de la capital de Malasia. Sin embargo tenía para ofrecernos un poco más.
Llegamos una tarde con tormenta torrencial después de unas tres horas en bus desde Melaka. Encontrar taxi que nos lleve con nuestras cuatro mochilotas fue una odisea, considerando que no queríamos pagar demasiado. Habíamos alquilado por Airbnb un departamento para los cuatro con una pileta desde la cual se veían las petronas. Todo indicaba facha, pero no pensábamos que tanta. Por eso una vez que conseguimos un taxi y nos llevó hasta el complejo, entendimos por qué varios nos habían mandado a la mierda en indio: ratoneábamos el taxi y dormiríamos en “Regalia”, un complejo de departamentos carísimos. Esta experiencia la cuenta Agus acá: Dos días en la famosa “Infinity Pool”.

Kuala Lumpur es una mega ciudad. Tiene 1.800.000 de habitantes, edificios por todos lados, autopistas, tráfico, todo. Es fascinante el mix de culturas y la mezcla continua entre lo moderno y lo antiguo; los shoppings y los templos. Hay que decir que a diferencia de Singapur, es difícil patearla. Las distancias son muy grandes y la mayoría de las veces se requiere de transporte público o taxi porque hay grandes autopistas que cruzan por todos lados. Ese fue nuestro punto negativo.
Nuestra primera parada fue el Shopping Low Yat Plaza, recomendado para comprar tecnología a precios muchísimos más bajos que en cualquier otro lugar. Chequeadísimo. Los dos primeros pisos tiene locales oficiales, de ahí para arriba no podemos garantizarte marcas originales ni aparatos nuevos. Así que ojo. Por otra parte, además de encontrar buenos precios, en casi todos los locales se puede pedir el tax free para reclamar en el aeropuerto a la salida del país. En Malasia el impuesto es del 6%, así que si vas a hacerte compras no te olvides el pasaporte, llenar el formulario y pedir tu devolución.
En la zona del Low Yat Plaza está el centro de Kuala Lumpur y los clásicos edificios altos, bancos y caos. Sumando a que había varias refacciones en las calles nos sentimos en Buenos Aires por un ratito. Locales de comida no faltan y tenes de todos los gustos. Los clásicos Mc, Starbucks cada dos pasos, Pizza Hut y KFC; por el otro lado los puestitos callejeros y sus platos típicos. Nosotros vamos a recomendarles Blues & Bees, donde cenamos una noche y nos trataron de diez.

El segundo día comenzó con una visita a las Batu Caves, uno de los templos hinduistas más populares fuera de India. Después de subir unos 272 escalones se llega a las cuevas que realmente son inmensas. Lamentablemente el ícono principal, la estatua dorada del dios Murugan de unos 42 metros de altura, estaba en refacción. Así que sumamos una foto para el álbum de nuestros amigos Ita y Gus “Expectativa vs Realidad”. De este lugar hay dos cosas importantes que deben saber: 1- Son gratis! Así que vayan. 2- Ojo con los monos. Está lleno y listos para robarte lo que llevas en la mano pensando que tenes comida.



El resto del día se lo dedicamos casi exclusivamente a las Petronas, el atractivo principal y postal infaltable. Decidimos ir a la tarde para conocer los jardines que hay detrás de los imponentes edificios y esperar a que anocheciera y todo se ilumine. Dato: en los jardines hay pequeñas fuentes con agua bien fresquita así que llévense botellita para llenar jaja. Las Petronas fueron obra del arquitecto argentino Cesar Pelli, tienen 88 pisos y hoy por hoy con 452 metros de altura son las torres gemelas más altas del mundo. De día son tremendas, sí, pero de noche se van al carajo. Además, en la parte de los jardines durante la noche hay shows de aguas danzantes y luces, así que todo el ambiente lo hace aún más perfecto. Nos fascinó. Como dato de color cuento que durante nuestro paseo nos cruzamos con varias personas que nos pedían sacarse fotos con nosotros, lo cual nos causaba mucha gracia y un poco de pudor.



A pocas cuadras de las Petronas, se encuentra Aquaria KLCC: un acuario inmenso donde comienza una conexión por una manga tipo puente (?) hasta el centro, donde podes ir caminando sin transpirar porque hay aire acondicionado y ventiladores. Chochos. Bajamos en Pavilion donde está lleno de restaurantes y locales, husmeamos helados y nos perdimos entre la multitud sin apuro. Allí pudimos observar toda esa mezcla cultural y tambien económica.

El día siguiente, después de nuestro capricho con el departamento, fuimos a parar a lo de un iraní por Airbnb que era un copado pero que no tenía ni idea del asunto. La casa ni estaba preparada para recibir gente, sin embargo, su madre -sin hablar una palabra en inglés- nos regaló toda su hospitalidad y no dejó de prepararnos infusiones y comida para que nos sintamos a gusto.
Así pasó Kuala Lumpur, una ciudad en constante contraste entre lo clásico y lo moderno, lo ostentoso y la pobreza, el ruido del caos y el silencio de los rincones escondidos. Una ciudad para perderse.
Dónde estuvimos: En dos lugares que rentamos por Airbnb. Uno fue el lujoso Regalia (que Agus te cuenta acá nuestra estadía) donde pagamos gracias al descuento unos 40USD la noche entre los cuatro y en lo de Arash que no dejamos el link porque ya estaba por irse a otro país.
Qué nos encantó: La ciudad de noche con Las Petronas imponiéndose y todos los demás edificios y jardines iluminados.
Qué no nos gustó: Cuando estuvimos nosotros había muchas refacciones en las calles así que el ruido de la maquinaria, más los autos y el calor agobiante lo hizo todo un poco caótico. Pero principalmente nos chocó mucho ver a tanta gente, sobre todo nenes, durmiendo en las calles.
Qué recomendamos: Si queres comprar tecnología es una gran oportunidad. Los mejores precios los encontramos en esta ciudad.
Genial amigos!! Excelente data para disfrutar de Kuala Lumpur. Espero que no sigan juntando material para el “Expectativa vs. Realidad” porque es muy frustrante, jajaja. Abrazo enorme!
Jajaja que lindo leer un mensaje tuyo amigo. Abrazo enorme, disfruten de Europa!