En Georgetown, Malasia, tuvimos la oportunidad de conocer un poco más sobre una religión que nos intrigaba, la cual su cultura está fuertemente establecida en el Sudeste Asiático: el Islam. Acá les contamos un poco nuestra experiencia visitando una mezquita y conversando con un musulmán sobre sus costumbres y las de otras religiones.
Antes que nada vale explicar que una mezquita es un lugar de culto para los musulmanes. Allí se reúnen para orar 5 veces al día. Además, este lugar sirve para aprender más sobre el Islam y para conocer a otros creyentes. En este lugar en particular, nos sorprendió ver una cantidad enorme de folletos en varios idiomas (español incluido) en donde explicaban cada cosa que, a personas como nosotros que no estamos empapados de sus costumbres, nos podían sorprender: relación con el cristianismo, la mujer musulmana, la ciencia en el Corán (lo que sería la biblia para los cristianos), etc.
Llegamos a la mezquita Kapitan Kintang sin mucha expectativa. Prejuiciosos, pensábamos que eran muy recelosos de su religión por lo cual, a cualquiera que no fuese musulmán, no lo dejarían entrar – salvo a cambio de dinero -. Para nuestra sorpresa, al poner un pie en la entrada, dos personas nos recibían al grito de “Welcome, come please, come”. Dos hombres, uno muy barbudo con varias gotas de transpiración por su frente, y otro más prolijo y con cara de santo caído en la tierra, nos preguntaban de qué país éramos y, como siempre, la reacción era: “Oh, football, Messi, Maradona”.

Un poco desconfiados, preguntamos cuánto costaba ingresar a ver la mezquita, la cual por cierto parecía muy linda, a lo que, sonriendo, nos contestaron que era gratis y que además nos harían un tour contándonos sobre las características de cada rincón del lugar y la función que cumple la mezquita en el Islam.
Después de sacarnos los zapatos y de ponernos unas especies de capas violetas (es obligatorio para los musulmanes ingresar con vestimentas “adecuadas” para el rezo, algo que nosotros no teníamos), comenzamos el recorrido y las explicaciones por parte de nuestro guía que, al parecer, estaba muy entusiasmado por contarnos cada detalle del lugar.

En primer lugar, cada mezquita tiene una arquitectura diferente – en el caso de ésta, tenía mezclas indias ya que su creador provenía de ese país – y algo pare destacar es que NO está permitido que tengan figuras de seres vivos ni estatuas ya que en el Islam consideran que hay un solo diós, Alá, y que no necesita representación alguna.
Algunos lugares para destacar dentro de las mezquitas son los “cuartos de baño” que son una especie de piletones donde los musulmanes van a limpiarse antes de rezar: pies, manos, axilas, boca, nariz, todo. Bien higiénico.
Algo que nos sorprendió – cada vez nos sorprende menos – es que las mujeres no pueden rezar junto con los hombres. En el caso de esta mezquita, ellas tienen un lugar aparto en un costado, encerrado por unas especies de vestidores para que tengan, según nuestro guía, “tranquilidad absoluta para rezar y no ser molestadas”. Ellas también tienen su propio piletón.

Después de recorrer cada rincón de la mezquita – menos el centro de oración, al cual solo los musulmanes pueden acceder – nuestro guía nos invitó a una oficina en donde podríamos refrescarnos ( ya hacía muchísimo calor así que imagínense sumarle una capa que te tapa hasta la cabeza). Allí nos ofreció aguas heladas, nos empezó a contar un poco más del Islam y nos pidió que preguntemos cualquier duda que tengamos.
Nos explicó lo que, para él, era la justificación de que la mujer esté cubierta de pies a cabeza en ambientes públicos (dentro de su casa puede estar descubierta). Según el guía, basado en lo que dice el Corán, la mujer no tiene por qué mostrarse en público ya que eso generaría que el hombre se interese en su cuerpo y no en lo que ella vale. Por ello es que están cubiertas. dice él, algo que al menos a nosotros nos hizo ruido y nos parece totalmente discutible.
Otras cosas que nos contó fueron que Jesús aparece en el Corán como un profeta más, y otras tantas cosas más que, al menos a nosotros, nos parecieron muy interesantes como horarios en los que suelen rezar y cómo para la mayoría de los musulmanes, las otras religiones no son algo malo, sino que un complemento del Islam (algo que durante años los medios nos intentan hacer creer que no es así y que no son tolerantes, solo fanáticos).
El viajar es también abrirse a conocer nuevas culturas. Normalmente uno cuando viaje para estos países se interesa por el Budismo o el Hinduísmo pero el Islam es una religión muy fuerte y muy importante para varios países de la región Por eso, si estás de paso por el Sudeste Asiático, no podés dejar de conocer un poco más sobre los musulmanes y el Islam, algo de lo que muy poco se conoce al menos en Sudamérica.
