Más que nerviosa probablemente el adjetivo que me adjudicó Agus fue “Insoportable”.
La visa se sacaba el 24 de septiembre desde la web de la embajada. Convencida de que 24 era viernes, terminé de “insoportearla” cuando Agus me dijo el lunes previo: “Mira que es el miércoles”.
Lo peor que pudimos hacer durante esos días fue meternos en el grupo de Nueva Zelanda en Facebook. Miles de personas preguntando de todo, contando que se habían pedido el día en el trabajo (era a partir de las 19 hs. nos parecía exagerado pero aterraba), otros comentaban que ya habían practicado llenar el formulario porque había que ser rápidos. Ble. Terminé ocultando las publicaciones porque no hacían más que descontrolar mi ansiedad innata.
Llegado el día salimos 15 minutos antes del trabajo y nos fuimos a la casa de Agus. Cada uno con su notebook, la guía de Berna impresa (http://www.yomeanimoyvos.com/), el fiel tereré y el tic tac tic tac de fondo. A las 7 de la tarde en punto ingresamos a la web a llenar formularios. No pasaron dos minutos que la página ya estaba saturada. “Para atrás y volves a llenar, nunca f5 acordate” repetía Agus. El estado de nerviosismo aumentaba cuando uno adelantaba a otra página y el otro no. Sin embargo, intentaba no perder la calma.
A las 20:15 llegamos al paso final, pagar la visa. El simbolito de “cargando” eterno hasta que a Agus le apareció el cartelito que esperabamos. Felicidad absoluta y un “Ya está ya estáaaaa” sacado. -Entre nos- me importaba mas que la consiga él que yo,. Conociéndome, sin Visa me iría igual; él no lo sabía.
Pasé 5 minutos con cara de pato mojado esperando que mi página terminara de cargar. Cometí el error de pispear el grupo de Facebook en donde ya la gente comentaba que no había mas visas, que se habían agotado. Y en ese interin el bendito cartel me apareció a mi también. Saltamos -literal- arriba de la cama, koala koala ya y la mirada brillosa mirandonos fijo bajo un constante “Nos vamos, nos vamos, nos vamos”.
Habíamos dado el primer y más importante paso, lo que no sabíamos es que los días posteriores siempre tendríamos un motivo más para enloquecer en el proceso.
RAYOS Y ENVIO
Siguiendo al pie de la letra la guía de Berna,sabíamos que luego del gran momento, nos llegaría un mail con un nro de aplicación y la solicitud de unos rayos X para demostrar que no tenemos tuberculosis. En 15 días, los estudios certificados por determinados médicos (establecidos por ellos) deberían estar en NZ.
Cuando creíamos que nuestro Facebook descansaría comenzaron a aparecer los nuevos grupos de “RAYOS X NUEVA ZELANDA”. Como el envío tardaba unos 5 días por correo, el tiempo se acortaba y los médicos no tenían turnos disponibles. De hecho, la secretaria de uno de ellos (Noguera) creo que si hubiese tenido un arma a su alcance nos hubiese cagado a tiros a todos aquellos que la llamamos repetidamente esos días.
El doctor no tenía turnos disponibles hasta no se cuando, no llegábamos. No llegarían los estudios a tiempo, habría que pedir una prórroga, y si no la aceptan? Perderíamos la visa. Caos.
Lo bueno de estar en pareja es que siempre uno (y según la época) puede estar un poco más cuerdo que el otro. Esta vez Agus logró calmarme y convencerme de que llegaríamos a hacer todo y acompañado por eso, vino un mail de NZ diciendo que nos extendían 5 días más la recepción de estudios.
Finalmente nos pudimos hacer los rayos en el consultorio de Noguera (demasiado similar a Hogwarts) un miércoles. Nos dijeron que el viernes por la tarde podríamos buscar los resultados pero optamos por usar nuevamente nuestro mediodía. Llegamos, le digo mi apellido a la recepcionista y enseguida me da mi sobre. Agus da el suyo y comienza la búsqueda. El sobre no aparecía. La recepcionista avisa que probablemente esté arriba, que ya lo bajarían, pero al rato baja una doctora diciendo que allá no estaba tampoco. Mientras él permanecía inmutado con un mal humor que se le iba desparramando por la cara yo sugería lugares de búsqueda y hasta me ofrecí para revisar los sobres que había pero no. Después de casi 40 minutos, descubrieron que estaba mal puesta la etiqueta en su sobre y al fin pudimos irnos con lo que buscamos.
A medida que la gente se hacía los estudios se fueron formando grupos para enviarlos por el correo todos juntos, de esta manera, el envío sería mucho más económico para cada uno.
El lunes 6 de octubre a las 18 hs. nos encontramos todos en la oficina de DHL de 25 de mayo al 400. Un flaco se puso la 10 y recolectó los sobres de las casi 20 personas que estábamos ahí. Curiosa como soy les preguntaba sin conocerlos cuándo se irían, si iban a renunciar, de qué querían trabajar y demás. Todas historias distintas con un mismo objetivo en común, y así dejamos nuestro sobre rumbo a NZ. Y entramos en la etapa final para obtener nuestro pase al sueño.